El origen del Basset Hound, como de cualquier sabueso en general, llega a ser incierto. Parece como si el tiempo guardara celosamente tan enigmático secreto. Se han encontrado figuras del antiguo Egipto con más de 3500 años de antigüedad que ya representaban perros con los rasgos morfológicos del pequeño sabueso. Y textos de la época del imperio romano que ya citaban como instrumentos de caza a pequeños rastreadores de orejas largas con olfato extraordinario. Podemos estar hablando posiblemente de unas de las primeras razas que el hombre domesticó para el servicio de la caza. Seguramente, en el fondo, aquellos animales tendrían muchas diferencias con los sabuesos de hoy en día, pero ya se estaban asentando las bases de las razas actuales. También les hicieron mención de una manera o de otra multitud de culturas, como fueron los asirios y los griegos.
El Basset fue criado con gran reputación por los monjes en Francia durante la Edad Media, para la caza en
terrenos densos, siendo capaz de mantener su nariz pegada al suelo. Muy relacionado con la totalidad de la familia de Basset franceses. Es un perro capaz de cazar su presa natural, la liebre,
con persistencia y a un paso relativamente lento sobre grandes distancias.
El Basset Hound tal como lo conocemos tiene sus comienzos en Inglaterra.
Aunque si estudiamos la historia detenidamente, parece como si entre los ingleses y los franceses hubieran estado jugando un partido de tenis con ellos. La raza
original parte de la Gran Bretaña, pero fue esculpida a partir de varios tipos de sabuesos de talla pequeña de procedencia Gala, cruzados con el mítico Bloodhound. Dando como
resultado, pequeños “tanquetes”, con la expresión característica de este último, y cualidades únicas para desarrollar su tarea, seguir un rastro.
La razón por la que tenemos datos detallados de la “historia moderna” de la raza, es que realmente el Basset Hound llegó a ser un perro de “pijos”. Quiere decirse, aquellos sabuesos llegaron a ser excelentes asistentes para la caza. La cinegética cumplía un papel deportivo y social primordial entre las más altas esferas de la época. Debido a esto siempre fue un perro en el que la nobleza se esmeró en perfeccionar, para obtener mejores resultados todavía y más rendimiento, por lo tanto también se preocuparon en dejar constancia de ello.
Los peores momentos del Basset Hound se vivieron en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, como le ocurrió a casi todo el viejo mundo, lamentablemente. Su cría se vio reducida al mínimo. No fue sino hasta 1954, cuando se produjo la refundación del Club del Basset Hound, pasando de 12 inscripciones en 1950 del Kennel Club, a los 1.687 ejemplares en 1965.
Como habéis visto esta ha sido una historia un poco peculiar a como estaréis acostumbrados a ver por ahí. Hemos
intentado hacerla lo más amena posible. De todas formas si lo que queréis son innumerables fechas, nombres y concreciones, que está muy bien la inquietud, podéis pinchar el siguiente enlace que os
llevará directamente a la página del "CEBH". Ahí encontraréis toda la rigurosidad que le falta a este escrito.